(Bloomberg) — El secretario de Hacienda de Colombia enfrenta nuevas acusaciones de corrupción, lo que complica aún más las cosas para el presidente Gustavo Petro mientras el gobierno intenta navegar una crisis fiscal cada vez más profunda.
El ministro de Finanzas, Ricardo Bonilla, se enfrenta actualmente a una importante oposición en el Congreso, cuando queda un mes para aprobar aumentos de impuestos destinados a cubrir un déficit de 12 billones de pesos (2.700 millones de dólares) en el presupuesto del próximo año, los miembros del Congreso exigen su renuncia.
La emisora local Noticias Caracol informó el viernes por la noche que un exasesor de Bonilla testificó en su contra, diciendo que el Ministro de Hacienda estaba al tanto de las decisiones de los legisladores de aprobar préstamos a cambio de contratos gubernamentales que beneficiaban a individuos, según informó.
Bonilla, un aliado cercano de Petro, ha negado haber actuado mal y el presidente lo ha defendido públicamente. «Respeto el trabajo de los fiscales y confío en que al final podrán cometer errores, pero demostrarán que no hay delito», dijo Bonilla en una publicación a X el sábado. El Departamento del Tesoro no respondió a las solicitudes de comentarios. Lunes.
Los legisladores de la independiente Alianza Verde y el opositor Partido Cambio Radical dijeron que Bonilla debería renunciar a su cargo en el gobierno para protegerse. Mientras tanto, el presidente del Congreso insiste en que el gobierno de Petro necesita mejorar la ejecución presupuestaria antes de seguir adelante con la reforma fiscal.
Petro, el primer líder izquierdista de Colombia, advirtió que la nación andina corre el riesgo de incumplir sus deudas si el Congreso rechaza el proyecto de ley de préstamo del gobierno.
Las preocupaciones sobre la estabilidad financiera se han convertido en una máxima prioridad para los acreedores. La semana pasada, el Departamento del Tesoro anunció recortes de gastos por valor de P28,4 billones para cumplir con las reglas fiscales después de que el gobierno no cumpliera con los objetivos de ingresos fiscales.
«Este escándalo plantea serias dudas sobre la legitimidad del ministro que impulsa la ley de préstamos», dijo en un correo electrónico Andrés Pardo, estratega de XP Investments. «El tiempo se acaba y este escándalo erosionará aún más cualquier apoyo que aún pueda tener en el Congreso».
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